Esto ni siquiera existe

[O al menos no debería]

Es sorprendente como las vidas de las personas parecen ser una intrincada red de eventos conectados entre si. Y como, en la mayoría de los casos aquellas cosas que parecen terribles y nos hieren profundamente,son en realidad, un minúsculo hecho que desata una serie de eventos que pueden llegar a cambiar radicalmente la vida de una persona.

Así es como me veo en la extraña obligación de darle las gracias a un cobarde, disculparme con un iluso y por ultimo decirte que te amo.

Creo que una vez existió un hombre llamado Federico. Cayo en la terrible desgracia de enamorarse de una prostituta mientras hacían el amor. Su problema era que él no quería hacerla suya y sentir al celestial cuerpo desnudo de su amada, junto a un sudor frío y delgado. No, él simplemente quería tenerla a su lado cada mañana al despertar, recitarle poesía, incluso anhelaba verla sonreír un día, para descubrir que se había cansado de ella, que ya no la quería y que nunca la quiso, al siguiente. Sin embargo él vivió una vida hermosamente miserable, siendo constantemente rechazado por su amada. El despecho lo obligo a crear manuales de instrucciones con la esperanza de que alguna jovencita los leyese, se convirtiera en una copia exacta de su amada, pudiendo él cumplir sus deseos. Como todos sabemos su plan fue victima de un rotundo fracaso y un señor uniformado y de gracioso bigote pasó a la historia, como un paupérrimo artista que se convirtió en genocida y que era además ambicioso y excelente como estratega, con tan solo leer atentamente los instructivos anteriormente citados.

Todo porque Federico era incapaz de redactar un manual de instrucciones que pudiese ser interpretado correctamente. Por suerte nunca llego a enterarse de cuan mal han sido interpretadas las instrucciones de su manual a lo largo de la historia, pero si llegó a darse cuenta de que nadie había entendido nada, así que antes de morir y viendo a sus planes mermados dijo que el único superhombre al que había conocido no era un hombre, más si una mujer, aunque él tampoco había entendido nada, pues esa mujer era un ángel que le había concedido una vida hermosa que el no se merecía por haber sido tan torpe.

Eran las doce del mediodía, estaba despierta y tirada en mi cama con los ojos cerrados, en realidad me debatía entre seguir durmiendo o despertar cuando mi mamá encendió la luz, me trajo un vaso de leche chocolatada y me dijo que cargue la tarjeta de su teléfono en su celular, si usted se pregunta por qué no lo hace ella, pues bien, la respuesta es muy sencilla, no sabe como y no va a aprender, porque en el caso idóneo de que yo me vaya a vivir sola tendrá una excusa para obligarme a visitarla. En fin, descubrí que no estaba en condiciones de cargar una tarjeta porque tenía sueño - esto hacía que mi agilidad mental se viese seriamente afectada, al punto de no poder apretar las diminutas teclas del celular de mi madre en forma pertinente - así que me tiré de vuelta en mi cama y dormí un rato más, finalmente decidí despertarme, poner mi casette de “metal pesado”, bañarme y prepararme para un nuevo día de aburrimiento, entonces recordé que tenía clases de ingles y que no tenía cuaderno, así que me encamine a comprarlo, pero… antes de salir mi madre me encomendó una importantísima misión, debía ir al supermercado y regresar con una botella de aceite y otra de detergente.

Lo primero que hice fue ir por el cuaderno, después de pasar muchos minutos observando cuadernos me decidí por uno que tenía al señor mickey mouse en la tapa, estuve al borde de llevarme otro, que también tenía a ese señor en la tapa, además tenía un hermoso holograma como los que aparecían en esas extrañas reglas que venían con las tablas de multiplicar atrás, el problema estaba en que esas reglas salían $0,50 y el cuaderno $16,50. Ya tenía el cuaderno y ahora solo me quedaba realizar un sidequest en el supermercadito coreano, parecía ser algo sencillo, pero lo que no sabía era que dejar mi bolsa en locker iba a ser casi imposible, porque las cerraduras de los malditos bastardos no funcionaban, por lo que me dedique a probar cerraduras en forma completamente aleatoria, hasta que llegué a la conclusión de que la cerradura más nueva era la que más posibilidades tenía de funcionar, cabía la posibilidad de que esa cerradura no existiese y de que ese sidequest fuese irrealizable, como todos sabemos sin sidequest no hay extra exp. points, sin ellos yo no leveleo… en fin, tuve suerte, el locker Nº 5 funcionaba y yo pude guardar mi cuaderno ahí para completar el sidequest sin más inconvenientes.

Finalmente llego la hora de ir al nuevo instituto de ingles, me encaminé a la parada y después de esperar durante muchos minutos llego el colectivo, el colectivero resulto ser un trasgo de lv. 85 que arrollaba autos, árboles y otros colectivos con su terrible maquina de guerra, así que cuando le dije “uno de ochenta”, levanto su dedo mayor y dijo “es de un peso” devolví cortésmente el gesto, pagué el boleto, llegué al instituto y Ana, la profesora, fue muy amable y nos dio a traducir una carta escrita por un tal Ramon de un intento de ingles, a true english language, una vez terminada esta tediosa tarea Uchu hizo dibujos en mi cuaderno y yo me divertí viendo a los dibujitos de Uchu, en ese momento la profesora se dio cuenta de que nos conocíamos, supuso que escuchamos la misma música y dijo “so you guys must be really heavy” me encogí de hombros, puse cara de “huh?” y la clase prosiguió con total normalidad.

Al final del día pasé por la casa de Uchu, vi un capitulo de Noir, llegue a mi casa, comí y escribí esto.

Fin del post que de seguro usted dejó de leer en cuanto leyó la palabra mamá .

It's me, Mario! (Not)

My photo
Es probable que yo este loca.