Esto ni siquiera existe

Otra vez esa hermosa voz retumbó en sus mis oidos, no sabía de donde venía, pero decía cosas horribles que lo hacían sentirse profundamente confundido porque parecía imposible que alguien con una voz tan hermosa pudiera incitarlo a hacer algo macabro. Sin embargo las cosas que la voz ordenaba no parecían del todo buenas.

El convivió junto a esa voz durante muchos años, obedeciendo a sus designios cada vez con más frecuencia. Esa voz se había convertido en los sentidos del muchacho y había aplastado a la voz de su conciencia. Pero un día la voz cesó de una forma misteriosa.

Con el paso de los años él se había olvidado de la voz, hasta que un día volvio a oirla, ya no venía de los rincones más oscuros de su mente atormentada, sino de una mujer cuyo nombre era Cristina. A partir de ese día la joven Cristina fue victima de los más terribles tormentos, porque el muchacho la deseaba con fervor y deseaba ser el unico en el mundo capaz de escuchar su voz, así que la mantuvo encerrada y fue dueño de sus lamentos y susurros, incluso se deleitaba al escuchar los sonidos que ella emitía cuando la hacía enteramente suya. Mientras él era muy feliz, ella era extremadamente desdichada. Esa rutina permaneció inalterable por mucho tiempo, hasta que un día comenzó a salir sangre a borbotones de la boca de Cristina. Ese día ella fue libre y el se dedicó a vagar como un espectro por toda la eternidad.